Enterramiento de los reyes de Aragón

Enterramiento de los reyes de Aragón
Sepulcro de los reyes de Aragón, en el monasterio de Poblet

sábado, 23 de julio de 2011

La brisura heráldica

Blasón brisurado, con una faja, de gules, perteneciente a Ulrich von Gutenborg, representado en el “Codex Manesse”, manuscrito en pergamino, iluminado, realizado entre 1305-1340. Fue un encargo de la familia Messen de Zurich, dedicado y regalado al rey de Bohemia, Wensceslao II. Se halla depositado en la Universidad de Heidelberg (Alemania).

 

LA BRISURA HERÁLDICA

La brisura heráldica es la modificación o cambio importante que sufre el campo del blasón, puede decirse que se trata de una alteración o adición, con piezas heráldicas, utilizadas para distinguir los diversos miembros de una misma familia. Suele emplearse en especial en la realeza europea y en los blasones de la alta nobleza, en especial en Francia y de toda Europa. La pieza más utilizada y generalizada en la brisura es el Lambel, o llamado también Banco por algunos autores castellanos, también se emplean el jirón, bordura, faja, cotiza, escudete, escusón, cantón, francocuartel o cantón de honor, y otras muchas más; estas cargas últimas no tienen proporción fija, según algún autor, la pila, que es una pieza como una cuña, y otras muchas del orden tercero. También se utilizaba para distinguir a los bastardos reales, o los nobles de alta jerarquía. 

 

Lambel medieval en el escudo de armas del príncipe Eduardo de Inglaterra, de sobrenombre el Príncipe Negro, también puede verse al lado la cota y los guanteletes, en la catedral
de Westminster (Inglaterra). S. XIV 

El lambel como pieza más utilizada en las brisuras

El Lambel es la pieza más común en las armas brisuradas a la vez que el escudete y el escusón, le sigue la faja y la cotiza o una combinación de ambas. Su posición en el blasón era en el jefe. El Lambel, Banco o Lambeo, este último termino nombrado por algunos heraldistas del Reino de Aragón en sus nobiliarios. 

Se asemeja, quizá por su similitud a un banco común utilizado para sentarse, visto de frente con las patas perpendiculares, con tres, cuatro o cinco pendientes y una tabla rasa adherida a ellos, esta forma diseñada es la utilizada comúnmente en la Edad Media, aparece dibujado en diversos tratados y manuscritos europeos, como en la “Cronica Majora”, manuscrito realizado en Inglaterra, en el año 1259 o el “Wappenrolle de Zürich”, armorial elaborado en forma de rollo, datado en el 1340 y en España el “Nobiliario Vero”, de Ferran de Mexia, incunable impreso en Sevilla en 1492, por citar algunos de los más populares.

Ya en el siglo XVI, derivaría su diseño en unos colgantes de forma ensanchada o patada que es el empleado hasta nuestros días. 

La brisura en la heráldica española

En la heráldica hispana no tuvo tanta importancia la brisura, como en Europa,  las armas plenas se transmitieron sin demasiadas problemas y de forma general se adoptó otras soluciones, sin embargo, sí hubo algunas casas en especial en las familias reales de la península ibérica, entre ellas las de Castilla y Aragón, que sí adoptaron la brisura. 

  
Escudo de la reina Blanca de Anjou, en una pared
del presbiterio de la capilla real de Santa Agata, Palau Major. Barcelona. S. XIV.

Vista de la nave y al fondo el presbiterio de la capilla real adosada al Palau Major, de Barcelona, antigua residencia de los Condes de Barcelona y Reyes de Aragón. S. XIV

La brisura distingue el grado de los descendientes de una casa o familia. Por ellas se viene a conocer si se trata del primero, segundo, tercero, cuarto o quinto, pues el primogénito siempre debe usar de las mismas armas que su padre, sin diferencia alguna, circunstancia que no concurre en los demás hijos, por la obligación que les precisa de adicionarlas de alguna pieza. Algunos autores, señalan para el hijo segundo el lambel de tres pendientes, para el tercero, la bordura; para el cuarto, la orla; para el quinto el bastón; y para el sexto la cotiza, para más hijos se procedía a usar la fantasía más que los preceptos y reglamentos establecidos. Posteriormente para los hijos de éstos, ponían más sobre las brisuras o brisuras dobles, por ejemplo, si el hijo segundo usaba el lambel de tres pendientes, el hijo de éste debe traer de cuatro pendientes, el tercero de cinco, el cuarto de seis, etcétera, cargándolo de aquella figura que le pareciese. Para el hijo segundo del que tenía bordura, señalan sea ésta anglesada; al tercero, cargada de bezantes o roeles; el cuarto componada, y así los demás, de suerte que refieren la graduación de cada hijo. 


Labra heráldica brisurada con el escudo del rey Carlos III,
en la entrada de una congregación religiosa, situada en la calle La Palma de Sant Just, de la ciudad de Barcelona. S. XVII.

 

La regulación de la brisura por el rey Carlos III, de España

En el año 1668, el 18 de julio, reinando Carlos III, en España, con privilegio de éste se señaló, radicalmente, alguna diferencia en los hijos y nietos del primero que obtuvo armas de esta forma. El primogénito usara las mismas armas que su padre, el hijo segundo un lambel de tres pendientes; el tercero, un creciente, el cuarto, una estrella de cinco rayos; el quinto, una mirleta; al sexto, un anillo y al séptimo, una flor de lis. Y en estas seis brisuras, cargándolas simultáneamente compone otras dobles para los hijos de éstos. Y así al segundo, que tomó el lambel, le señala la luneta o creciente, cargada del lambel; al tercero, la estrella; al cuarto la mirleta; al quinto, el anillo; y al sexto, la flor de lis; todas sobrecargadas del lambel. Para el hijo segundo del que tuvo el creciente por brisura expresa lo traiga cargado de otro más pequeño, y del mismo modo dice del tercero ponga la estrella; el cuarto, la mirleta; el quinto, el anillo; y el sexto la flor de lis. Al hijo segundo del que brisó con la estrella manda ponga el creciente sobrebrisado de la estrella, lo que observaran el tercero, con la estrella; el cuarto, con la mirleta; el quinto con el anillo y el sexto con la flor de lis. Para el hijo segundo del que empezó a usar la mirleta sobrebrisura, como todos los demás con ella, este al creciente; el tercero, la estrella, el cuarto la mirleta; el quinto, el anillo y el sexto la flor de lis. Para el hijo segundo del que usó el anillo, refiere use del creciente cargado del anillo, y así, con esta misma sobrebrisura, el tercero, con estrella, el cuarto la mileta; el quinto, el anillo y el sexto la flor de lis. Y finalmente para el hijo segundo, del que brisó con la flor de lis, señala el creciente, cargado de la flor de lis y con ella cargarán el tercero, la estrella; el cuarto la mirleta; el quinto el anillo y el sexto la flor de lis. Teniendo en cuenta que alguna familia puede sobrepasar el número de hijos aquí citados. Se propone el mudado de los esmaltes del campo que puede servir para los demás.


   Escudo con brisura del Ducado de Bretagne en el franco cuartel,
en unas pinturas encontradas en un castillo-palacio de la Bretaña francesa. S. XIII.

 


Situación o emplazamiento de las brisuras en el blasón

En las brisuras se aconseja se deben colocar preferentemente en el jefe del escudo o en un francocuartel o cuartel de honor, en el cantón diestro del escudo (en el siniestro denota bastardía), teniendo presente que si el campo del escudo es de oro o de plata, el hijo segundo pondrá el cuartel de gules; el tercero, de azur, el cuarto de sinople; el quinto, de púpura; el sexto, de sable; el séptimo, de contraarmiños, y la brisura del color que fuese el campo principal del escudo. Pero siendo de color el campo del escudo, el hijo segundo habrá de poner de oro su francocuartel, y el tercero de plata, con la brisura de gules; el cuarto de oro, y el 5.º, de plata, brisados de azur; el sexto de oro y el séptimo de plata, con la brisura de sinople; y las hijas, a excepción de cuando heredan la casa, brisarán sus escudos, tanto si son de metal como de color, poniendo el franco cuartel de armiños y la figura de oro, simbolizando en ambos esmaltes lo limpio y puro de su honor. Los herederos o sucesores ascenderán a la preferencia del uso de brisura en el orden establecido, de este modo: por muerte del primogénito, sin sucesión, entrará el segundo dejando su brisura, a tomar la del primero; el tercero, a tomar la del segundo y así de los demás, lo que se entenderá respectivamente en cualquiera de las cinco generaciones propuestas en el árbol familiar, optando por sus grados a la mejoría de las brisuras; bien entendido que los varones de inferior brisura, según la graduación de ellas, se antepondrán con preferencia a las hijas únicas y herederas que tuviesen por delante, excepto en el caso que los mayorazgos pidan por cláusula, el apellido, puede otra forma, expirando en éstas, y continuándose en aquéllos la familia, parece se les debe justicia, además que el escudo de armas es distintivo propio del varón.

 


Escudo con lambel en edificio de la ciudad de París.


Elección de las piezas heráldicas

Téngase en cuenta que además de las brisuras citadas, las piezas que se usan son a elegir y hay gran variedad de ellas. Pero no pueden usarse como tales las piezas que entran en la composición del blasón real. Así, en Francia, no se puede brisar un escudo con flores de lis; en España, con castillos y leones; en Alemania, con águilas en Inglaterra, con leopardos, etc. La primera ley de la heráldica, señala: “Nunca debe ponerse en los escudos metal sobre metal, ni color sobre color, pero en las brisuras hay tolerancia y muchas veces puede verse color y metal sobre metal”.

J. Sanz