Enterramiento de los reyes de Aragón

Enterramiento de los reyes de Aragón
Sepulcro de los reyes de Aragón, en el monasterio de Poblet

jueves, 15 de septiembre de 2011

LA BRISURA INFAMANTE


Escudo picado en el exterior de la iglesia de San Martí (Girona)
LA BRISURA INFAMANTE

Un tema muy poco abordado por los Tratados de Heráldica es el de la Brisura Infamante, castigo que se imponía a los nobles acusados de traición y malfactores, la pena iba en consonancia con la gravedad del delito. Prevalece por encima de cualquier delito el de traición a la persona del Rey, éste se castigaba con la máxima pena, y además repercutía en el blasonamiento del escudo, consistente en el repicado de las piezas y muebles y por tanto, en la desaparición de éstas.
En otros delitos de no tanta magnitud como el robo, adulterio, desobediencia en el ejército, se aplicaba además de los castigos judiciales, también repercutía en el blasón, que se hacía extensivo a los herederos del reo.
Escudo de los Agullana, picado en la fachada principal del palacio,
 en la ciudad de Girona, en la llamada Pujada de Sant Doménech
 

Clase de castigo a los traidores

Al caballero traidor, y sobre todo de Lesa Majestad una vez probado el delito, se les castigaba públicamente borrando  y rompiéndole en primer lugar el escudo de armas, y en señal de mayor ignominia mandaban después se arrastrase atado a la cola de un caballo por el cieno y lugares inmundos, la espada, la maza de armas, el casco y su cimera, el volante rodete y cota de armas se hicieran pedazos, se rompiera su lanza y le eran incautados sus espuelas, tahalí y pretina, para que todo punto fuera pisoteado, incluso el caballo que montaba sufría castigo, cortándole la cola sobre un montón de estiércol.
Hechas estas ceremonias pasaban a declararle infame, vil y traidor hasta la posteridad, textando su nombre y el de su descendencia en las crónicas, para que su nombre fuera olvidado.
En el transcurso del tiempo se modificaron los castigos y la pena de estos delitos de estos caballeros acusados, por lo que los jueces y heraldos sacaban el escudo del culpable  y lo arrojaban a los pies del agraviado y en proporción del delito se daba la sentencia, colgando el escudo, vuelto o invertido en una argolla, recortándole alguna pieza o añadiéndole las que servían de señal por su infamia.
Blasón de los Agullana, borrado en la fachada posterior del palacio
Se advinan dos leones sosteniendo el escudo y se aprecia también un murcielago,
 sumado en la corona (Girona)

 

Protocolo de los castigos

Ejemplos:
“1º Al caballero jactancioso de una acción de guerra, ponderándolo mucho lo que en ella hizo, siendo cierto no haber cumplido con su obligación se le cortaba la punta del cantón diestro superior del escudo, o se le añadía una pieza de gules desde donde parte hasta donde corta el escudo en forma de triángulo.
2º Al caballero que infamente hubiese dado muerte a su prisionero después de rendido, con premisas que el general del ejército pudiera darle cuartel si lo hubiese pedido, se le redondeaba el escudo por la parte inferior con una pieza de gules.
3º Al caballero convencido de mentiroso o soplón y que se inclinaba al príncipe con motivos falsos a la  guerra se le borraban las figuras honorables de la punta del escudo,, con una pieza de gules.
4º Al caballero acusado de cobarde y negligente, se le borraba el flanco siniestro del escudo con una pieza de gules, bien entendido que hallándose en el diestro no es nota de infamia.
5º Al caballero que no admitía  el desafío dejándose ultrajar de palabra o pase de ella, se le ponía en el centro del escudo, el todo de sus armas, un dado de gules.
6º Al caballero que violara el honor de los demás o faltaba a las banderas de su príncipe en campaña se le marcaba el escudo ponéndole en su centro otro de sable, pero ranversado (al revés).
7º Al caballero  entregado a los vicios de la lujuria y embriaguez, se le ponía en ambos flancos del escudo dos palos de sable tronchados, desde los ángulos superiores al centro, con el tercio de latitud del escudo, que expresamente representaban, el de la derecha lo apasionado de Venus, y el de la izquierda lo propenso a Baco.
8º Al caballero convencido de traidor a su príncipe, se le mandaba trajese el escudo vuelto ranversado y borradas todas sus armas con el color sable.
Si los delitos no eran de la calidad expresada, los heraldos a quienes cometía el conocimiento de los hechos, disminuía parcial o totalmente o quitaban las piezas del escudo, y siendo éstas de animales solían cortar algunos de sus miembros.
Además de estos castigos según la voluntad del rey, existía el destierro o la decapitación, según el grado de traición.
Escudo de los Agullana sin la brisura infamante, en una casa de su propiedad
 de la ciudad de Girona (Catalunya)
El delito de Lesa Majestad, podría ser muy subjetivo, en la Corona de Aragón y los reinos que formaban la asociación, se aplicó a los nobles desafectos a Felipe IV en la Guerra de Sucesión, fieles al Archiduque Carlos que lo reconocían como rey, perdiendo éste la guerra se dio pasó a un período absolutista por Felipe IV, consolidándose la monarquía borbónica en toda España. Este rey francés de infausta memoria para los territorios del reino de Aragón, anuló los Fueros y otras leyes propias de cada reino, aplicando también los castigos heráldicos con especial rigor con la ayuda de los jueces y funcionarios castellanos.
J. Sanz
www.armoria.info